No me sorprende....o quizas si?(Audio artículo)

Todos culpabilizan a Sánchez y su séquito, de pretender un gobierno en solitario, sabemos lo que eso significa, el apoyo en las sombra de C's., despreciando a los Morados, que lo único que se les puede reprochar, es sin estar en el gobierno, impulsar políticas para el bienestar social, pero eso no conviene al capital.
He de ser sincero, quizás en algún momento llegué a pensar que podía ser distinto con Sánchez, que sería decente y haría bien las cosas, encausando al SOE de nuevo a la izquierda, tuve esa esperanza por un motivo muy particular, lo que nunca antes había sucedido en la política desde nuestra mal llamada "democracia". El golpe de Estado que el IBEX35, los barones y susanistas dieron en Ferraz, desterrando a Sánchez al Castillo de If, como nuestro Edmundo Dantes particular.
Fue así como después de escapar de la condena al ostracismo y curar sus magulladuras, resucitó gracias a la militancia, quienes entendieron que toda esa parafernalia era un sin sentido.
Que cabe esperar de alguien a quien lo rescata el pueblo?
Volcarse hacia sus salvadores, ha recibido, en consecuencia debe dar, es de lógica y sentido común, "qui por cuo", algo por algo.
De los golpes se aprende, pero eso no fue un golpe, lo tiraron desde un precipicio, dejándolo prácticamente moribundo y aún así, no aprendió absolutamente nada, no le sirvió de experiencia, desagradecido e ingrato con sus bases.
Sigue sirviendo a sus verdugos, cómo buen perro, eso en mi pueblo se llama masoquismo.
Lo conozco muy bien por su preceder, por eso no me causa sorpresa su decisión de pretender evitar que Unidos Podemos llegue a las instituciones, delatándose perfectamente por la ambigüedad de la que hizo gala antes y durante la campaña política, la ambigüedad es una estrategia dialéctica que busca no comprometerse, con algo o alguien, quién usa esa táctica no es de fiar, además por su coqueteo exagerado con los naranjas, que se mostraban muy dignos imponiéndole un cordón sanitario, ambas partes ridículas como malos actores de teatro, no podían ser más claras sus intenciones y preferencias.
Tenemos los antecedentes, son simples y sencillos, pero yo no culpabilizo a Sánchez ni al crecidito de Abalos, es su naturaleza, les es imposible empatizar con la plebe, porque no conocen el sufrimiento, las penas y miserias.
Lo que me sorprende es su militancia....
Toda acción desencadena una reacción, la victoria del SOE el pasado 28, no fue resultado de la providencia, los votos de sus militantes los encumbraron a esa posición, es así que la responsabilidad recae sobre ellos, por dejarse seducir por un hábil encantador de serpientes, lo conocen después de una breve legislatura, no es ningún extraño.
Les recordare que este galán, además de su candidez y arrebatadora sonrisa, es un lobo vestido de oveja, porque no os ve como a iguales, os trata como a infantes, sin respeto ninguno y procedo a explicar porque...tanto prometer y al final no cumplir sus máximas promesas, no derogó la reforma laboral, no impuso un impuesto a la banca, no público la lista de los amnistiados por Montoro, y puedo seguir....por no exigirle seriedad como hombre de Estado sin ambigüedad ninguna al no decantarse de forma firme en los posibles pactos de gobierno, por no haber previsto sus intenciones en sus palabras y no haber valorado sus actos previos, por consentir que presiones externas como los bancos, decidan y dicten lo que nos deparará nuestro futuro, por ejemplo....
No es mi intención crear discordia, está opinión la vierto desde el respeto, es una crítica constructiva compañeros militantes socialistas, pretendo que seáis críticos con vuestro líder, lo que dice no es coherente con lo que hace, solo abrid los ojos, usad la lógica y la razón.
El camino a seguir para reconquistar nuestros derechos perdidos, pasa por nuestro entendimiento y comprensión, sin importar siglas ni banderas, nos unen los mismos principios, valores y propósitos, no somos rivales, somos hermanos, debemos caminar juntos para alcanzar la paz y la dignidad que hoy está cautiva en manos del capital.



Luis Felipe