La afiliación política de Jesús (Audio artículo)



Celebrado 60 días después del Domingo de Resurrección, el Corpus Cristi ha sido motivo de descanso en un destino turístico, otros se han acercado a la Iglesia y los que quedan han tenido que trabajar por sus circunstancias, ¿Qué queda de esta celebración?

Esgrimo mi argumentación desde una óptica política, mi intención no es entrar en discusiones sobre cuestiones religiosas y de fe, esas opiniones son íntimas y personales, pero está claro que Jesús ha sido un personaje transgresor en la historia, muy interesante si tomamos como punto de partida que el modo de su ejecución no fue el de un líder religioso, sino el de un líder político y revolucionario.

La iglesia no representa ninguno de los valores y enseñanzas de este personaje, su dinámica no ha cambiado con el transcurso del tiempo, sólo se ha actualizado, la deformación del mensaje en síntesis es siempre el mismo, aceptar con resignación y de buen grado lo que nos depare el destino, es decir a tragar la mierda que nos corresponda porque somos pobres, es lo que nos ha tocado por voluntad divina, así la chusma con fe ciega no ve más allá de su propia miseria, una herramienta del sistema para hacer de la gran mayoría una masa maleable de individuos dóciles y sumisos.

Mataron al lobo hace poco más de 2000 años y la Iglesia Católica sigue viviendo a costa de su piel, utilizando falsamente la vida del personaje, manipulándolo en beneficio del capital, por sobre los intereses y necesidades del pueblo, sometiendo a la mayoría, haciéndole creer que es natural su condición de vasallo.

La religión ha sido una herramienta importante e imprescindible del capital, con esta se han aplastado y doblegado personas, pueblos y civilizaciones enteras, pulverizando culturas y creencias previas, sepultándolas por la soberbia de quienes se creen iluminados y poseedores de la verdad.

Por medio de la intimidación y el terror se llevaba el rebaño al redil, quien no aceptara el dogma, era presa de la tortura y el sable, recordad las barbaridades sucedidas durante la Inquisición o la conquista de América por ejemplo, quien no estaba a su favor, era el enemigo.

En mi opinión, quienes ejercen la profesión de la fe, deben asumir un papel dinámico volcados en su comunidad, siendo vectores de cambios sociales para alcanzar la equidad, justicia y verdad.

Algunos ministros se entregan por completo al bienestar de sus semejantes, desarrollan su profesión siempre al lado de quiénes se encuentran en riesgo de exclusión social, trabajando para revertir esas situaciones y mejorar nuestra comunidad, son pocos quienes se ensucian las manos y la sotana por sus iguales.

Ese es el verdadero camino, el de la revolución pacífica, el trabajo de despertar conciencias, haciendo comprender que aceptar nuestra sumisión no es el camino, el verdadero sendero que debemos transitar es el de la lucha y resistente ante el capital que solo nos quiere ver como perros, dominados y esclavizados por unas migajas de pan.

Si Jesús estuviese hoy entre nosotros sería tildado de progre, populista y comunista, agredido verbalmente, se le levantarían calumnias y por todos los medios sería aniquilado mediáticamente para hacerlo desaparecer, por ser un elemento subversivo al arrastrar a las masas, muy incómodo e inconveniente porque pone en peligro el Stablishment de los cerdos que habitan en la estúpida cúspide de esta jerarquía económica y social.

Las cosas no han cambiado después de tanto tiempo y eso está registrado en la historia, quien ha hecho de su bandera la justicia social y ha estado al lado de los oprimidos, siempre ha sido un objetivo a derribar por el sistema.

En tiempos de Jesús había cuatro clases políticas de la religión judía.

Los zelotas querían expulsar a los romanos de sus tierras por medio de la violencia, Jesús como hombre de paz, estaba en contra de ese comportamiento.

Los esenios eran una secta que habitaba en las cuevas e interpretaban la Biblia a la espera de la llegada del Mesías.

Los Fariseos quienes enseñaban la Torá en la Sinagoga de forma elitista, excluyendo a todo aquel que no consideraban digno de conocer la palabra del creador,  como a las mujeres, romanos, pobres, gentiles, niños analfabetos, porque su visión religiosa excluía a muchas personas de su relación con Dios, los marginaba, no los consideraba dignos, les asignaba una participación menor de los bienes sociales, este proceder fue el desencuentro con Jesús, diametralmente en contra de la exclusividad en las enseñanzas y el reparto de los bienes materiales, porque él se acercaba a las mayorías excluidas y oprimidas.

En lo alto de esta jerarquía religiosa y política, encontramos a la aristocracia sacerdotal, los saduceos quienes controlaban el Templo como centro comercial y financiero, cambiaban las monedas, porque según la Torá, no era permitida la entrada del metal con representaciones humanas, sacrificaban animales y los vendían, su actividad comercial era muy activa, poderosos económicamente, eran latifundistas, prestamistas y colaboradores del régimen romano.
Esta casta era "La banca, el capital, de la antigüedad", predecesora del sistema financiero actual.

El momento en que Jesús se enfrentó a los cambistas y vendedores, quienes controlaban el monopolio y se enriquecían a costa del pueblo, fue todo un acto de rebeldía y subversión de orden político, económico y religioso.

El primer líder político y religioso de la historia que se enfrenta abiertamente al capital, esta afrenta es la sentencia de muerte de Jesús en manos de saduceos y romanos.
Esto no lo enseñan en la escuela ni en la iglesia.

¿Creo en Jesucristo?, Si, creo en él por quien fue y su legado, no tiene nada que ver con la Iglesia, que de forma corrupta se ha aprovechado de su imagen e historia.
Un personaje que siempre estuvo al lado de los más desfavorecidos, un activista social que dentro de su pacifismo, nos mostró que podemos vivir como hermanos con respeto, igualdad, comprensión y tolerancia, en que esta tierra es nuestra por derecho propio, no de unos pocos que nos tienen explotados malviviendo como perros.

Fue y será siempre uno de los nuestros, porque comparte nuestra visión de convivencia y se enfrentó al capital como lo hacemos desde nuestras humildes trincheras, por ser transgresor y revolucionario en su época, un mártir más de la historia que nos recuerda el máximo sacrificio, entregando su vida por el desarrollo y bienestar general de todos nosotros sus hermanos.


Luis Felipe

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